Santiago es un joven hombre de abolengo que renunció a sus privilegios de clase alta para tomar los hábitos. Luego de ordenado, se hizo párroco del Santuario de Nuestra Señora del Morro, un apartado lugar de retiro espiritual. En medio de una existencia sencilla y ascética, Santiago lleva su vocación sirviendo a la comunidad local de campesinos. Su vida transcurre sin novedades, hasta el día en que Karina, una mujer de origen humilde que ascendió socialmente hasta convertirse en una ¨exitosa¨ ejecutiva, aparece en medio de la noche, extraviada, física y moralmente, tras chocar su flamante BMW en una carretera aledaña. Además de albergue, Santiago ofrece a Karina guía espiritual, pero la mujer lo único que quiere es llamar una grúa y volver a la civilización. El párroco cuenta con un viejo celular, pero para llamar, la pareja debe emprender una larga caminata en ascenso en busca de señal. En el camino, unos monos aulladores provocarán un profundo e inesperado viaje instrospectivo y el fatigante recorrido, una señal mucho más clara y poderosa que la del teléfono celular.
El cielo es el límite, por eso el único pecado imperdonable será perderse HOMBRES DE DIOS.